Fedora, una anciana y reclusa estrella del cine, fallece en París atropellada por un tren. En su funeral, un productor de cine recapacita hacia las dos semanas anteriores y en aquélla parte de su muerte en la que él puede haber influído. Había ido a Corfú a seguir su pista, hasta llegar a su isla privada en donde ella vivía con una enfermera, una anciana condesa y un cirujano plástico que asombrosamente conseguía mantenerla con una exitosa apariencia juvenil. Vemos fallar su estabilidad mental cuando el productor le ofrece un guión para "Anna Karenina", pronto ella se encierra en un asilo en París y el productor aparece en el hospital con una contusión. Cuando su meditación termina, la condesa retoma la narración y completa la historia de Fedora.