Rose adopta a Beckett tras atropellarle por accidente cuando éste intentaba escapar de la perrera . Le mima tanto que termina convirtiéndose en un gatito egoísta y malcriado. De manera inesperada, Beckett pierde su novena y última vida. Beckett no acepta que su vida en la Tierra termine y se planta a las puertas del cielo suplicándole a la guardiana una última oportunidad para poder regresar a su perfecta y cómoda vida con Rose. La guardiana se apiada de él y decide darle otras nueve vidas. Lo que Beckett no sabe es que, ahora, en cada nueva vida, se reencarnará en un animal diferente regresando a la Tierra como ratón, cucaracha, mofea, perro... Gracias a su nueva oportunidad Beckett aprenderá una valiosa lección vital. Y es que, a veces, debemos recorrer diversos caminos para encontrar nuestra mejor versión.